lunes, 30 de noviembre de 2009

UN CAPITÁN DE LEYENDA: JOSÉ BARBETA




1900: El intrépido José Barbeta, redactor de “El progreso de Melilla”

por Juan Díez Sánchez
( de la Asociación de Estudios Melillenses )

Fue José Barbeta Rourel, una de las figuras más relevantes de cuantas en los primeros años del siglo XX impulsaron el desarrollo del periodismo en Melilla. Sus nobles cualidades humanas y profesionales, como militar, le hacen ocupar un importante papel en la historia de nuestra localidad y su antigua zona de influencia en el Protectorado español en Marruecos.



En el amplio repertorio de redactores de “El Progreso de Melilla”, publicación de carácter quincenal y literaria nacida en septiembre de 1900 y muerta a finales de junio de 1901, junto al nombre de su director y fundador, Federico Pita, sobresale José Barbeta, quien nacido el 14 de abril de 1876, muy joven fue destinado a Melilla, donde echó raíces profundas y convirtió en todo un africanista práctico, viajero y de trato fácil con los indígenas, muy alejado de aquellos otros “intelectuales africanistas” engominados, de salón y empedernidos consultores de libros cuyo contenidos norteafricanos, además de copiarse unos a otros, se alejaban mucho de la realidad deslumbrados por el atractivo exotismo de los ambientes orientales.



Africanista
Barbeta, en 1904 y sin permiso oficial, se ausentó de Melilla en compañía del explorador francés Delbrel para visitar al Roghi en la ciudad marroquí de Taza, siendo a la vuelta arrestado, aunque poco tiempo después de su “hazaña” fue recompensado con la Cruz del Mérito Militar. Y más tarde visitó Zeluán, e incluso atravesó la península de Tres forcas.
Estos viajes exploratorios por territorio marroquí constituían algo extraordinario por el riesgo que entrañaban. Los europeos no eran bien vistos y por el Tratado de 1866 los españoles tenían prohibida la entrada en territorio marroquí desde Melilla y demás posesiones. Quienes osaban hacerlo podían perder la vida fácilmente y por ello era habitual disfrazarse de bereber para intentar pasar inadvertido, a pesar de gozar de la autorización y protección del Roghi.
El viaje inicial a Taza lo introdujo en los asuntos marroquíes con tal fuerza que a ellos dedicó su talento e incluso dinero. Cultivó la amistad de los jefes indígenas fronterizos gracias a sus continuos regalos, y convirtió su pabellón sito en el Barrio del Mantelete en un auténtico cafetín. Por ello, cuando el Ejército inició sus operaciones en Marruecos a partir de 1908, ocupó un papel privilegiado en las relaciones con los vecinos. En 1909 organizó en la Restinga la primera mía de la Policía Indígena y después pasó a llevar los asuntos de Benisicar ( península de Tres Forcas ) durante bastante tiempo. Dotado de gran paciencia, en una ocasión mantuvo una conferencia con bereberes que se extendió por espacio de seis días completos, comiendo y durmiendo con ellos en la misma habitación.
En el transcurso de las campañas de 1909 y 1911 – 1912 desempeñó importantísimas misiones. En una de ellas obtuvo la liberación de un grupo de soldados prisioneros al canjearlos por indígenas también cautivos. Por aquel entonces este hecho constituyó una gran novedad, al ser la primera ocasión que se efectuaba. Pues lo habitual era que los bereberes no hicieran prisioneros.
Oficial de Artillería, en operaciones de policía alcanzó el empleo de comandante, al que renunció al admitirse en su cuerpo únicamente los ascensos por antigüedad.
En el mes de diciembre de 1918 falleció cuando contaba 42 años de edad, víctimas de una grave dolencia.
Tras su muerte, su figura se convirtió en una leyenda y su nombre, cariñosamente conocido por “Barbita”, pasó a ocupar un importante lugar en la memoria colectiva de melillense y vecinos marroquíes.



Reivindicación
Concluida la I Guerra Mundial, el fundador, director y propietario del diario local “El Telegrama del Rif” Cándido Lobera, publicó una serie de artículos en su periódico acerca de la encomiable acción realizada por España en su Protectorado marroquí para favorecer a Francia durante su intervención en el conflicto europeo, con la finalidad de evitar incidentes en el Norte de África que debilitase aún más al país galo, para eludir obligarlo a retirar fuerzas que luchaban contra los alemanes.
En uno de estos artículos, el titulado “Abd-el-Malek”, Lobera vertió algunas informaciones que no fueron bien interpretadas en el prestigioso diario “Le Figaro” en su edición del 4 de marzo de 1919. Este rotativo parisino, a la par que alababa la actitud española, denunciaba que los agentes, viajantes, espías alemanes, habían gozado durante la guerra de la complicidad de algunos militares españoles, como era el capitán Barbeta. Este comentario afectó mucho a Lobera, quien en defensa de Barbeta, en su diario y con fecha 18 de marzo de 1919, en primera página, a modo de editorial y bajo el título de “Francia y España en Marruecos. Juicios y comentarios. Reivindicando el nombre del capitán Barbeta”, escribió:
“ Nos duele se acuse de complicidad a un oficial español, ya difunto, que por el contrario, laboró intensamente para desbaratar los planes de los agentes alemanes, proponiendo a sus superiores jerárquicos medidas extremas, como la expulsión de Coppell y de otros súbditos alemanes y el arresto de indígenas tachados de germanófilos.
El capitán Barbeta, de feliz memoria, cumpliendo órdenes del Comandante General de Melilla. Evitó que Abd-el-Malek se estableciera en las playas de Tensama, pulverizando para ello la influencia de los notables del país que le apoyaban en sus pretensiones.
Si Barbeta hubiera sido cómplice de los agentes alemanes, no hubiera muerto pobre, tan pobre que el importe de un modesto seguro de vida ha de invertirlo la viuda en saldar el pasivo creado para mantener decorosamente a ella y a sus siete hijos.
Es de justicia reivindicar el nombre del inteligente oficial, fiel cumplidor de sus deberes y de la política de apoyo a Francia aconsejada por el Gobierno de Madrid…
Créannos nuestros amigos los franceses, España hizo cuanto le fue dable para contrarrestar las maniobras en la zona de su influencia.
Y por lo que se refiere al territorio de Melilla. Esa política practicó detenciones y confiscó mercancías y dinero sólo por simple sospecha de que pudieran destinarse a Guezennaya. Tampoco debe olvidar la difícil situación de España, teniendo que conciliar deberes de neutralidad con el mandato recibido para Marruecos”.
Debemos recordar que Abd el Malek gozó del apoyo de Alemania para incordiar a Francia en su protectorado marroquí, mientras estaba enfrascada en la guerra europea, e intentó establecerse en Tensama, zona aún no controlada por España y de la que se hablaba era rica en minerales. Bajo la apariencia de “negocios mineros”, los millonarios germanos hermanos Mannessman, “derramaron dinero a manos llenas”, según palabra del mismo Lobera expresadas en el mencionado artículo de 18 de marzo de 1919.

Artículo publicado en la página número 7 del suplemento dominical del diario El Faro de Melilla, el 13 de octubre de 2002. Bajo el amplio título de “Notas para la Historia de la Prensa de Melilla ( 23 ). Relato sobre la formación del periodismo en la ciudad. 1900: el intrépido José Barbeta, redactor de “El Progreso de Melilla”.

Nota:- Cándido Lobera, director y fundador de “El Telegrama del Rif”, fue también oficial del Arma de Artillería.

Imágenes: - José Barbeta, año 1916.
- Cabecera del diario “El Progreso de Melilla”, año 1900.

5 comentarios:

Ana Barbeta dijo...

Hola, soy nieta de José Barbeta y la verdad es que me ha encantado leer este artículo sobre mi abuelo del que no sé demasiadas cosas. Conservo algunas fotos, un retrato y algunos de sus escritos y me gustaría ponerme en contacto con el autor del artículo para compartir información e historias. Un cordial saludo

Juan Díez dijo...

Hola Ana Barbeta:
Soy Juan Díez, administrador de este blog y autor del artículo sobre nuestro admirado militar.
Te puedes poner en contacto conmigo a través de mi correo electrónico: judiez10@gmail.com
Tengo algunos datos más acerca de
José Barbeta.
Saludos.
Juan Díez

joan bernat nicolas hungerbuhler dijo...

D. José Barbeta Raurel, capitán de Artillería, sin duda alguna el "Lawrence de Arabia español". Barbeta, me recuerda al inglés pero en otra manera ya que sin liderar a los rifeños por las armas, ni asaltar trenes, supo unir a las dos culturas, la española y la rifeña (según tengo entendido, en su casa jamás faltaba el té para los indígenas e incluso, a la hora de ayudar a los más desvalidos, Barbeta, les daba todo lo que llevaba en los bolsillos). Pienso sin duda alguna, que fué ¡un gran militar y un gran mediador!.

Saludos
Hans Nicolás i Hungerbühler.

joan bernat nicolas hungerbuhler dijo...

POr cierto, el capitán Barbeta, era catalán de nacimiento ya que vino al mundo en la localidad barcelonesa de Tiana.

CarlesV dijo...

Carles Villalba:
Mi abuelo Luis Pérez López-Bago sirvió como teniente a las ordenes de José Barbeta y de el adoptó el estudio del árabe y el respeto a sus tropas de la policía indígena. El me inculcó el respeto y consideración por los pueblos oprimidos. Gracias a los dos.